A propósito del doping

Hace tiempo que le voy dando vueltas a un tema muy espinoso y desagradable que envuelve el mundo del deporte en general, y a los deportistas de alto rendimiento en particular: el doping.

Pienso que tenemos que diferenciar entre deporte de salud y deporte de alto rendimiento o competición. El primero, lo realizamos de manera moderada y saludable para mantener o mejorar nuestro estado físico y, como consecuencia, sentirnos mejor.

Cuando hablamos del deporte de competición, la salud ya no es el objetivo principal. Se busca el máximo rendimiento del deportista, hacer decenas de multi-saltos, duras sesiones de pesas con grandes cargas, lanzamientos repetidos que afectan a la misma articulación, varios partidos o competiciones por semana, etc… Esto no es bueno para la salud de ningún deportista. A medio o largo plazo, es probable que acaben apareciendo artrosis, tendinitis crónicas, hernias discales, etc…que les acompañarán el resto de sus vidas.

Cuando se persigue el doping, se persigue, sobre todo, sustancias que pueden dañar, a medio o largo plazo, en mayor o menor gravedad, el estado  de salud del deportista, es decir,  algo parecido a lo anterior.

En mi opinión, se está creando una imagen manipulada de algunos deportistas o disciplinas. Se les tacha de tramposos porque se toman sustancias para poder recuperarse más rápido; en teoría, el motivo es que lo hacen artificialmente y eso les puede dañar la salud. Pero no se nos plantea lo qué pasaría con la salud de ese deportista si no se recuperara lo suficiente y con el suficiente tiempo, de forma natural. Seguramente, las consecuencias serían graves para su salud física.

Es muy fácil juzgar y sentenciar a un deportista desde el sofá de casa, bebiendo unos cuantos cafés con un poco de coñac, después de una comida copiosa, acompañada de un buen vino. ¿Eso no va contra nuestra salud?

Y puestos a juzgar, ¿por qué no acusamos de fraude a ese cantante que nos gusta tanto y que sabemos que cuando actúa va un poco “colocado”?, y ¿aquel estudiante brillante, con excelentes notas, que se pasa las noches estudiando, ayudándose de centraminas u otros estimulantes?, o ¿el gran escritor de “best sellers” a quien su editorial presiona para que acabe el libro para ayer y se ayuda de algunas sustancias prohibidas para acabar el proyecto a tiempo? Nadie tacha de tramposo a aquel actor, ganador de un Oscar, a quien detuvieron más de una noche con grandes sobredosis de alcohol. Nadie deja de comprar discos de un importante grupo musical famoso por sus filtreos con las drogas….

Nuestra sociedad es capaz de encumbrar a cualquiera del mismo modo y velocidad que lo hunde; sólo hacen falta unos rumores, unas acusaciones, para que sentenciemos a quien antes habíamos aplaudido, y esto sobre todo, se da en el deporte.

Si un deportista no queda campeón, no consigue ese récord, no gana la medalla, es un fracasado, no se merece estar donde está; ¡que se retire!, gritamos.

Cuando el deportista gana, obtiene medalla de oro, bate ese récord,… se nos sube el ego, qué buenos somos todos. ¡Arrasamos!, salimos a la calle para celebrarlo, le vamos a recibir al aeropuerto,….

Sale en un periódico que es probable que se acuse a alguien de haberse dopado… sin esperar a que se pueda defender, lo sentenciamos rápidamente, sin compasión, lo hundimos, sin importarnos lo mas mínimo que esa persona se haya dejado la piel durante la mayor parte de su vida en la carretera pedaleando, en el gimnasio levantando pesas sin tregua, en la pista haciendo kilómetros y kilómetros, sufriendo, sudando y dándolo todo cada día, cada minuto de esos entrenamientos; da igual, lo acusamos de tramposo y lo lapidamos.

Si tanto nos preocupa la salud de nuestros deportistas, quizá tendríamos que empezar por estudiar la competición en sí misma, las marcas, muchas veces extraterrestres, que les exigimos, los resultados: nunca tenemos suficiente, siempre les pedimos más y más.

No nos importa que se dejen las rodillas, la espalda, la juventud y la salud en el campo, queremos más, cada vez más, y ese más, tiene un precio.

4 comentarios en “A propósito del doping

  1. Buenas compañeros. Celebro leer tu artículo Lídia y como Joan (hola Steve, ¿como andamos?) subscribo tus palabras. Qué bien lo haces jodía!! analicemos la realidad: el deportista suele ser una persona joven, con ansias de llegar a lo más alto posible, muchas veces sin experiencia deportiva ni tan sólo experiencia vital, que se deja la piel en el intento, sacrificando muchas cosas de las que otros pueden disfrutar a su edad por el mero hecho de vivir una vida «sedentaria». Está rodeado de un cuerpo técnico, médico, psicológico que se encarga de asesorarle y ayudarle desde la ética professional que se les presupone. El joven deportista cree ciegamente en lo que su entrenador, manager, psicólogo, médico le dice, porque si no es así, suele cambiar (si puede). Pero a la hora de castigar, la cabeza de turco es el deportista. Pocas veces, ahora vemos casos en que parece que esto está cambiando, (aunque para mi es una pantomima) los que hay detrás reciben castigo. No hablemos del mercado negro que hay montado y detrás los laboratorios que se lucran de todo el tema. Como en todos los ámbitos, existe una gran hipocresía con este tema. Lo que no vale en unos casos, sí vale en otros. ¿ O no es equiparable al doping destrozarle el cuerpo a una gimnasta de tal sólo 12 años haciendo sesiones de flexibilidad dolorosas, de fuerza con sobrecargas que por su corta edad no debería soportar? ¿acaso tiene capacidad esa niña para elegir? Quizás la legalización del doping sería una salvajada, pero por lo menos acabaríamos con este doble juego que en mi opinión nunca acabará con el problema.

  2. Si te digo la verdad Lídia, si hubiese tenido la lucidez para escribir sobre el tema…. hubiese hecho un texto muy similar, ya que suscribo prácticamente al 100% lo que dices.
    Como dice José Ramon, el deportista sabe las reglas que hay, es por eso que no se le puede criminalizar antes, muchas veces incluso, antes de pasar un control (como si nos multasen porque te ibas a saltar es semáforo antes de hacerlo)
    Por otro lado, nadie pone una pistola a nadie, pero si el médico de tu equipo te da cualquier cosa ¿no te lo tomas (por norma general)?. El deportista no analiza, ni tiene que hacerlo, cada cosa que toma (no estamos hablando de redes de dopaje, sino de la mayoria de deportistas). Si un jugador tiene una molestia y el médico le da una pastilla, ¿tiene que pensar mal el jugador? Esos son los casos normales y habituales de los deportistas.
    En mi equipo, por ejemplo, los jugadores cuando tienen un resfriado están acoj…(con miedo) por saber lo que pueden o no pueden tomar y, como éstos, están la mayoría de los deportistas. Si van a la farmacia , les suministran «sustancias dopantes», como Frenadol y otras!!!! Eso no sucede en la vida diaria. Creo que eso es lo que manifiesta Lídia en su artículo.
    A partir de ahí, la educación moral, ética, económica, de cada persona, le ayudará a seguir unas normas o no, pero eso es otro tema.
    Para acabar, justo hoy aparece un artículo en el diario ara, que enlaza muy bien con el de Lídia.

    Adjunto el enlace y también el texto completo, para queine no lo pueda leer directamente (está en catalán si alguien no lo entiende, en este enlace se pude traducir)
    http://www.elpais.com/traductor/idiomas/espanol-catalan

    Gracias por tus artículos Lídia.

    http://www.ara.cat/ara_premium/claus_dia/No-moquin_0_431956871.html#

    Artículo completo
    No es moquin
    EMPAR MOLINER
    | Actualitzada el 22/02/2011 00:00

    Publica l’ARA que empreses dels Estats Units faran «anàlisis d’orina, sang i saliva als candidats a obtenir un lloc de treball per assegurar-se que no són fumadors». Diu que les companyies «saben que deixar el tabac equival a menys absències del lloc de treball, més productivitat, menys inversió en pòlisses d’assegurances mèdiques i menys baixes laborals».

    No diré que no, però trobo que si no contracten fumadors tampoc no haurien de contractar cocaïnòmans. Els cocaïnòmans, aparentment, rendeixen més, però també falten a la feina perquè hi ha un dia que continuen la festa fins a la matinada, no dormen i, l’endemà, destrossats, no van a treballar. I també haurien de vigilar que la gent no sigui aficionada a les píndoles d’èxtasi i MDMA. L’endemà d’haver-se menjat una píndola d’èxtasi i la mica d’MDMA -que perllonga els efectes de la píndola- hom sembla que no hi sigui tot. Ja no parlo dels que es prenen heroïna -perquè a aquests no els contracten si no és per fer de camells- ni dels alcohòlics.

    Esclar que si només contracten persones que no fumin, que no beguin, que no esnifin i que no es prenguin èxtasi costarà trobar personal qualificat en segons quin sector. I no parlo del món de la literatura -pel que m’han dit els de la Institució de les Lletres Catalanes, actualment, excepte servidora, hi ha pocs seguidors de la dieta de Bukovsky- sinó del sector terciari en general. I sobretot del món de la política. Ai, les campanyes electorals amb aquelles jornades maratonianes…

  3. joder, estás hecha una bestseller,eh!?jajaja!!!

    Entiendo tu indignación, porque la prensa hunda o magnifique a un deportista, pero por otro lado el que elije ser deportista de alto nivel sabe con que rehglas juega…cuando digo esto lo digo en el sentido de que tu sabes lo que puedes tomar y las cantidades en el caso que estés bien asesorado, y en el caso de los deportistas de alto rendimiento, el que tiene entrenador sabe lo que hace…Otra cosa es que yo que me dedico a jugar a las canicas de alto nivel y es un deporte minoritario y que no le importa a nadie (salvo cuando estoy a punto de ganar un camp del mdo) me haga mi dieta y yo crea que tomando un producto u otro puedo recuperar mejor. Aun así si participo con la elite debería saber que me tomo…

    Creo que si juego a algo que he elegido yo, me asesoraré y me buscaré un equipo de trabajo que me de seguridad, además de tener clarísimo a lo que juego y bajo que normas, no vale excusarse en es que me dio a tomar…(nadie pone una pistola en el cuello a nadie) y si la ponen hay que denunciarlo para no llegar a que ensucien mi imagen….

    otro tema es hasta donde aguantará mi cuerpo. Hoy día los deportistas que tienen «futuro» se les hacen infinidad de pruebas para ver hasta donde pueden dar…Está claro que cada uno es un mundo, pero yo se hasta donde puedo dar y puedo esforzarme por dar más pero no puedo hacer trampas para ser más de lo que mi cuerpo me permite ser…

    Esta claroq ue yo no he visto a nadie doparse, ni espero verlo, peo hay un refrán que dice…»cuando el río suena, agua lleva»

    No ataco a nadie ni culpo, no soy quien para hacerlo, pero yo he estado entrenando muy duro para no llegar a nada y que otros me pasaran por el lado por ser quienes eran…nunca dudé de que hicieran trampas para ser mejores…

    Ahora permitidme que me forme mi opinión…

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