Todos estamos de acuerdo, y está demostrado científicamente, que después de una actividad física intensa, como puede ser un partido o entrenamiento, es conveniente realizar una actividad de vuelta a la calma (o como le queramos llamar) para ayudarnos a recobrar el nivel muscular que teníamos antes del partido, lo antes posible.
Habitualmente, se aconseja realizar actividades aeróbicas, que contribuirán a incrementar el riego sanguíneo, aumentando así la eliminación de toxinas (ácido láctico, entre otras), así como realizar unos ejercicios de estiramiento para rebajar el tono muscular. Con esto, intentamos restaurar el nivel inicial del deportista lo antes posible …para que pueda volver a entrenar o competir.
Esto mismo lo podemos realizar gracias a la neuroestimulación muscular de calidad, usando un programa de recuperación. A continuación, veremos en qué consisten estos programas, cuáles son sus características y sus ventajas.
Los programas de recuperación trabajan a frecuencias bajas, que van desde 9 a 1 hercio. Por debajo de 10 hercios, en condiciones normales, no se produce la contracción del músculo (tan sólo sacudidas del mismo). Si los músculos están muy fatigados, pueden llegar a contraerse; en ese caso, empezaremos utilizando otros programas (descontracturante) o jugaríamos con las intensidades en las primeras fases.
Los músculos sobre los que solemos actuar, son los principales en un deporte (generalmente será sobre cuádriceps), aunque se puede aplicar sobre cualquier grupo muscular e incluso, relajar toda la musculatura de la pierna con alguna colocación de electrodos especial.
Detallemos un programa de recuperación con neuroestimulación:
Primera fase – Incremento del riego sanguíneo:
Durante los primeros minutos se produce un aumento de riego sanguíneo en la zona. Lo que se consigue con esto es una reducción del ácido láctico, produciendo una recuperación muscular más eficaz (1).
Se sabe que la eliminación del ácido láctico, se incrementa considerablemente por las actividades físicas aeróbicas con intensidades de entre el 30 y el 60% del VO2 máx. (2,3) (en todo caso, ¡por debajo del umbral anaeróbico!…). La condición ideal para la eliminación del ácido láctico parece ser una actividad que disminuya poco a poco, entre 60% y el 30% del VO2 máx.
Con la neuroestimulación, se sigue este proceso, ya que los programas empiezan a 9 hercios, disminuyendo progresivamente la frecuencia y aumentando poco a poco la intensidad, para alcanzar a un mayor número de fibras musculares.
También se sabe que el aumento de flujo sanguíneo intramuscular permite restaurar al deportista la función y el equilibrio de las células y el líquido intersticial. Tanto el balance iónico y las reservas de glucógeno se recuperan más rápidamente. Este proceso se acelera con una buena hidratación e ingesta de hidratos.
Se ha demostrado que una neuroestimulación eléctrica de buena calidad aumenta el flujo sanguíneo arterial (4). Esto es importante, ya que el flujo en reposo se multiplica por cuatro, sin incremento de la frecuencia cardíaca, ni de la presión arterial, es decir, sin aumentar la fatiga general (5).
Al aumentar el retorno venoso, se produce un completo drenaje (ya que aumenta en la misma proporción el riego arterial), aliviando la sensación de piernas pesadas
Segunda fase – Efecto analgésico:
Nuestro cuerpo (el SNC) genera sustancias naturales que disminuyen el dolor (efecto analgésico) y relajan la musculatura y la sensación de ansiedad. Estas sustancias, son conocidas como endorfinas y encefalinas. Con impulsos eléctricos se puede aumentar la producción de éstas (6,7,8).
Por lo tanto, estos minutos centrales de la sesión, darán lugar a una reducción y eliminación del dolor muscular.
Tercera fase – Efecto descontracturante:
En la fase final, lo que se consigue es un efecto antiespasmódico de la musculatura estimulada, ayudando a descontracturar los músculos y permitir un mejor control de los movimientos (9). Se obtiene ese efecto máximo con frecuencias entre 1 y 3 hercios. (10).
Por lo tanto, si comparamos una recuperación voluntaria o electroinducida podemos decir que las ventajas de hacerlo con un neuroestimulador (de calidad) son:
1 Conseguimos el mismo efecto de reducción de toxinas sin aumentar la fatiga cardiovascular, ya que no le exigiremos más a nuestro corazón.
2 Lógicamente tampoco hay incremento de la presión arterial.
3 Conseguiremos el mismo efecto sin aumento de la carga osteo-tendinosa ya que evitamos los impactos contra el suelo.
4 Otro efecto importante es la fatiga psicológica, ya que el sólo hecho de que al acabar la competición, tener que hacer la actividad de recuperación, no suele ser demasiado positivo para el deportista (y más si se ha perdido el partido…).
5 La precisión y rapidez son máximas, ya que los parámetros programados en el neuroestimulador, son los que científicamente demuestran los máximos efectos tanto en capilarización, aumento de endorfinas y descontracturante.
Así pues, la neuroestimulación es un método para la recuperación al alcance de muchos deportistas. Además, el fisioterapeuta del equipo, también agradecerá que las piernas (o cualquier zona que se aplique) del deportista le lleguen más relajadas y descontracturadas.
No olvidemos de todas maneras, que la neuroestimulación tiene muchísimas aplicaciones como entrenamiento y no sólo como recuperación, de los que ya iremos hablando.
(1) MacArdle & Katch.
Exercise Physiology. Williams & Wilkins
(2) Mac Lellan, TM.
Blood lactate removal during active recovery related to aerobic threshold
Int. J. Sports Med., 3: 224, 1982
(3) Gladden, L.B.
Lactate uptake by skeletal muscle.
Exercise and Sport Sciences Reviews Vol 17, Pandolf ed. New York Macmillan 1989
(4) Rigaux, P.
Augmentation du débit artériel fémoral sous électrostimulation neuromusculaire de la jambe.
Kinésithérapie Scientifique, 357: 7-13; 1996
(5) Rigaux, P.
Influence de la fréquence de stimulation neuromusculaire électrique de la jambe sur le débit artériel fémoral.
Journal des Maladies Vasculaires (Paris) 20: 9-13; 1995
(6) Synder-Mackler
Clinical Electrophysiology 210
Williams & Wilkins 1989
(7) Holmgren, E
Increase of pain threshold as a function of conditioning electrical stimulation; an experimental study with application to electroacupuncture for pain
Am. J. Chin. Med. 3: 133; 1975
(8) Chapman CR
Effects of intrasymental electrical acupuncture on central pain
Pain 3: 213; 1977
(9) Carnstan B.
Improvement of Gait following electrical stimulation
Scand J Rehab Med 9: 7-13; 1977
(10) Rigaux P.
Guide pratique du Compex Médical (Compex2)
Médi-Compex, Ecublens Suisse, 2.4.1 – 2.4.8; 1990